EGO SUM LUX MUNDI: Devolvednos a Robert

Hace algunos meses cometí la insensatez de acercarme a un cine para visionar uno de los mayores bodrios que me he echado a la cara en toda mi vida: “Asesinato Justo”. Lo que debía ser un duelo interpretativo entre dos de los mejores actores de todos los tiempos se convirtió en la confirmación de un triste declive. En el caso de mi idolatrado Al Pacino, su lamentable actuación en esta película (y en alguna otra en los últimos tiempos) puede perdonarse porque, de vez en cuando, aún nos regala interpretaciones memorables, como su Shylock en “El Mercader de Venecia” (Michael Radford, 2004). Sin embargo, lo de Robert De Niro, a la vez que penoso, comienza a ser preocupante. Hace más de una década que no realiza una interpretación a la altura de su portentoso talento. Se pasea por peliculitas de tres al cuarto, probando casi todos los géneros imaginables, sin mostrar el mínimo indicio de la genialidad con la que nos deleitara antaño. No queda nada del joven Vito Corleone, de Travis Bickle , o de su inolvidable Mike Vronski (mi favorito de entre todos sus personajes), por citar algunas de sus más célebres recreaciones.


Una de mis esperanzas es que todo se trate de una artimaña urdida por una civilización extra-terrestre que, en pos de investigar la especie humana, se ha llevado a algunos genios para estudiarlos en profundidad, dejándonos unos clones que han heredado su físico, mas no su talento. Así que sólo me queda implorar a esos seres cósmicos que nos lo devuelvan, que se le echa de menos, y el cine no está como para prescindir de él.


Desgraciadamente, me temo que mi paranoia anteriormente expuesta dista mucho de la realidad, y, hablando ya en serio, confío en que su talento se haya redirigido a su faceta como director, mucho más prometedora. Porque, en el terreno interpretativo, probablemente, hemos perdido en vida a uno de los grandes. Aunque eso si, resurrecciones más raras se han visto. Y si no, que se lo digan a Mickey Rourke.

Por EGO