No hace falta someterse a dietas estrictas ni hacer grandes sacrificios para guardar la línea. Siempre hay trucos para hacer la comida más ligera:
- Puedes aderezar las cremas y sopas de pescado con tropezones más ligeros que el pan frito. Para ello puedes utilizar huevo duro picado, dados de queso fresco o setas.
- Aligera la ensalada de atún sustituyéndolo por pollo hervido, salmón marinado o anchoas.
- Los rollitos de jamón de york son un buen complemento para los platos de verduras. Para que tengan menos calorías sustituye el jamón cocido por pechuga de pavo.
- Puedes diluir la salsa rosa con yogur o zumo de limón. Este cambio aportará menos calorías.
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