Hubo una época que Jackie Chan era poco menos que un dios para toda Asia. Ahora además se ha ganado a pulso el respeto de buena parte del planeta tanto por su faceta de actor como la de ser embajador de Unicef y colaborar con organizaciones para ayudar a los más desfavorecidos. Mi admiración por él empezó gracias a un viejo VHS que aún conservo desde que tenía 11 años y a las decenas de cintas suyas que alquilaba en el videoclub, cada fin de semana, a esa temprana edad.
Así que me veo en la obligación de dedicarle un pequeño homenaje a este excepcional artista que ha sabido dar forma a las escenas de lucha y transformarlas en coreografías milimétricas de ballet donde todo puede pasar (y lo que parece imposible también ocurre, ante nuestra perplejidad).
Ayer noche tuve la oportunidad de recordar Shaolin Wooden Men (La cámara de los 36 hombres de madera). Un peliculón con mayúsculas que como buen filme de kung fu cuenta la historia de un chico que quiere aprender las mejores técnicas de combate para enfrentarse al desconocido que asesinó a su padre y vengar su muerte. Acción y diversión a raudales. Formidable también el desarrollo del guión en el global de la obra.
Siempre ha manifestado el ingenioso Jackie que sus fans son más importantes que su propia vida... y ya lo creo que se nota. (Creo recordar su mujer le solicitó la separación por su desmesurada pasión por el cine). Y como entiendo que habrá más oportunidades para hablar de su trayectoria y sus largometrajes, dejaremos por hoy el artículo en este punto...
Ficha Técnica:
http://www.imdb.com/title/tt0075201/
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