- Hola, mi nombre es Rafa y soy fusadicto.
(Todos) Hola Rafa, bienvenido.
La primera sensación que me queda tras leer Mujer sin hijo de Jenn Díaz -publicado bajo el paraguas de Jot Down Books- es que es un libro repleto de virtudes y carente de defectos, o con muy pocos. Y con una especial particularidad: esta chica no escribe libros, rueda películas en tu mente. Es algo que ya se percibía en Belfondo o El duelo y la fiesta, pero en esta tercera obra se acentúa esa capacidad.
Me encanta el estilo de Jenn. Posee un don innato para desarrollar ideas e imágenes mediante la palabra escrita. No lo tiene mucha gente. De hecho, no recuerdo habérselo visto a otro autor reciente. Igual tirando de memoria me sale alguno. Hay que nacer con ese talento. Puedes adquirirlo a través de la práctica pero siempre respirará cierto aire de superficialidad.
Más te digo, a mí que me suelen agradar las adaptaciones cinematográficas de los libros de Stephen King, las paso putas cuando leo la obra original. Siendo sincero, en ciertas partes me aburro un montón porque el denominando rey del terror, cuando te está explicando algo, se va por las ramas y te proporciona información totalmente innecesaria -para mí- que más que agilizar la trama, la embarrena de mala manera.
Más te digo, a mí que me suelen agradar las adaptaciones cinematográficas de los libros de Stephen King, las paso putas cuando leo la obra original. Siendo sincero, en ciertas partes me aburro un montón porque el denominando rey del terror, cuando te está explicando algo, se va por las ramas y te proporciona información totalmente innecesaria -para mí- que más que agilizar la trama, la embarrena de mala manera.
Sí, el gran súper poder que atesora esta muchacha es que sus textos son sensitivos, no descriptivos. Su universo sale del corazón, no del cerebro. Por llevarlo al terreno musical, creo que doy en la diana si afirmo que es muy difícil que te guste Pearl Jam -o la lírica de Eddie Vedder- y no sientas lo mismo por los relatos de Jenn Díaz. Ejemplo 1:
Mujer sin hijo, en otras manos se podría haber convertido en un absurdo panfleto feminista. Sin embargo, ella ha sabido contar la historia que enlazaba en su cabeza haciéndola interesante para los dos sexos. Un mundo repleto de traidores y traidoras dónde nadie escapa de trapos sucios. Además, cuando enrarece las tramas con elementos más cercanos al suspense o el thriller se mueve como pez en el agua. Se le da fenomenal. La atmósfera se retuerce y se envuelve de un clima oscuro. Ojalá algún día se atreva con la novela negra porque estoy convencido de que lo petaría. En este caso, es una ficción dulcemente enfermiza. Con un inicio para quitarse el sombrero y un desenlace con un punto y final de los que se quedan grabados en la memoria. En medio, la vida de las tres mujeres protagonistas que se cruzan como los fuertes hilos tejidos de una tela de araña.
Tengo la sensación de que puede quedar como un título infravalorado aunque, desde luego, no tiene nada que envidiar a Belfondo, su primera obra publicada y que recibió tan fantásticas críticas. No me cabe ninguna duda de que "Fusa" Díaz muestra unas cualidades que harían las delicias de Max Ophüls o Peter Weir. Sobre todo de este último, que sabe tensar la cuerda de lo cotidiano hasta adentrarse en la frontera de lo agobiante. Ejemplo 2:
Después de la parrafada hay dos dudas que apostaría que te han surgido. Espero resolverlas ahora.
A la pregunta: ¿Es mejor que El duelo y la fiesta? Aquel tenía su encanto pero jugó en su contra que escaseaba de efectos sorpresa. Era más un retrato existencial puro y duro. Así que diría que sí. Esta fue mi reseña de El Duelo y la fiesta (a lo mejor contradigo lo citado).
A la pregunta: ¿Es mejor que Belfondo? Ni sí, ni no, ni blanco, ni negro. Éste, evidentemente, lo tengo más reciente así que me sale decir que sí. Habría que elegirlo a los puntos, como en el boxeo. Esta fue mi reseña de Belfondo (a lo mejor "recontradigo" lo citado).
Antes he mencionado las virtudes, no sería justo cerrar el post sin mencionar alguno de sus puntos débiles por aquello de compensar y porque me gusta, sacar mi faceta de poli malo. Esto es: algunos errores menores han escapado a la corrección; lo bueno si breve dos veces bueno. Se puede estimular la novela un pelín si se eliminan algunas pequeñas partes; y poco más… realmente es todo muy coherente. Y me reitero, ese final es para enseñarlo como material didáctico en las escuelas de escritura.
No deja de ser anecdótico que tocando el tema de la maternidad, Jenn Díaz haya parido una criatura tan hermosa.
Algo raro tiene que ocurrir para que, más temprano que tarde, no llegue un best seller por su parte que la convierta en una autora más mediática. Me alegraría un montón. Hay tiempo de sobras. Los ingredientes para cocinarlo están ahí en sus fogones, sólo hay aplicarle la chispa adecuada (toma Bunbury metido con calzador).
Para seguirle la pista, está su blog personal http://fragmentodeinterior.blogspot.com.es
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