Esta tarde me llevé una inesperada alegría. Paseando por el centro de Barcelona, entré en un local comercial y entre los montones de películas, se encontraba One-armed boxer vs. the flying guillotine, la segunda parte de la ingeniosa One-armed boxer. Los tenderos hacen realmente negocio conmigo.
Los guionistas ya no saben que inventar: aquí es como si Miguel de Cervantes, el manco de Lepanto, fuese el protagonista absoluto de Dragon Ball. Un luchador honesto es atacado por la escuela de artes marciales rival y pierde uno de sus brazos. Le falta tiempo para clamar venganza. Se enfrenta a los enemigos más variopintos dignos de la mente del maestro de la animación Akira Toriyama.
Si la que he comprado es, al menos, la mitad de buena que la primera, voy a gozar de lo lindo. Y es que a los hermanos Lumière me los comería a besos!
No hay comentarios:
Publicar un comentario