Haciendo un ejercicio de “flashback” al más puro estilo Amanece, que no es poco, traslado mi espíritu al verano de 1994. Ese fue, posiblemente, el mejor estío de mi vida. Son muchas las cosas que me ocurrieron por aquellas fechas. Una de ellas fue descubrir, gracias a un grupo de gente excepcional, a muchos músicos, individuales y colectivos, hasta entonces desconocidos para un servidor, pero que desde entonces me han acompañado, formando parte de mi devenir cotidiano. Entre ellos debo destacar una banda que, rápidamente, se convirtió en un referente para mí, siendo hasta la fecha y desde aquel momento mi banda en activo predilecta: Pearl Jam. Flipé con Ten, aluciné con Vs, y no tardaron en volver a maravillarme con Vitalogy. Tres obras maestras, sin ningún género de dudas.
Mi admiración hacia este quinteto, abanderado del movimiento “Grunge”, ha seguido intacta hasta la fecha actual, y seguirá así. Pero siempre he intentado que la admiración no se confunda con el fanatismo. Por ello, no me duelen prendas al afirmar que su trayectoria tras la publicación de Vitalogy en 1994, ha sido un tanto irregular, con altibajos personales y artísticos, sin que por ello hayan dejado de regalarnos grandes temas, pero lejos de su mejor época.
Sin embargo, la espectacular gira europea de presentación de su álbum homónimo publicado en 2006 (de la que un servidor pudo disfrutar en varias ocasiones) me hizo pensar en la posibilidad de un cierto renacer de la banda. El magistral trabajo de su líder, Eddie Vedder, para la banda sonora de Into The Wild (peliculón de Sean Penn) me llevo a creer, definitivamente, en una reinvención, manteniendo la personalidad, el sello personal, el toque especial que cada gran artista o banda tienen. Tras escuchar su nuevo trabajo, Backspacer, compruebo que las cosas si han cambiado, pero me temo que traicionando esa personalidad, ese sello personal, ese toque especial que habían mantenido incluso en sus álbumes más discutibles. No juzgo si es mejor o peor que otros trabajos, sólo opino que suena diferente, y no en estilo, a sus otras obras. Le falta la esencia propia de Pearl Jam. Aunque esto es una opinión personal e intransferible, naturalmente. Eso si, si se dejan caer por aquí y repiten lo de 2006, todo me parecerá correcto. A lo mejor, en el fondo, si que soy un poquito fanático…
Por EGO
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